Terapia con agua para esclerosis múltiple

Terapia con agua para esclerosis múltiple
Terapia con agua para esclerosis múltiple

Hidroterapia (terapia acuática) y sus beneficios

Hidroterapia (terapia acuática) y sus beneficios

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Anonim

El ejercicio puede ser un verdadero desafío para algunas personas con esclerosis múltiple (EM). Los síntomas comunes como debilidad, entumecimiento y problemas de equilibrio pueden dificultar la actividad física y, tal vez, incluso intimidar un poco. Pero el ejercicio es tan importante para las personas con EM como lo es para todos los demás. Una buena rutina de ejercicios puede incluso aliviar los síntomas.

Muchas personas con EM encuentran que la terapia de agua es la forma más fácil y más gratificante de mantenerse físicamente activo. La flotabilidad del agua ayuda a soportar las extremidades débiles, haciéndolas sentir más ligeras. El agua también proporciona resistencia, lo que ayuda a fortalecer los músculos. A las personas con EM les puede resultar más fácil pararse en el agua que en tierra firme, y también existe un menor riesgo de lesiones debido a una caída.

Beneficios para la salud de nadar

Las personas con EM pueden encontrar que tienen un mayor rango de movimiento en el agua. Hay mucho menos peso en sus articulaciones cuando su cuerpo está sumergido. Nadar también puede mejorar la resistencia, la flexibilidad, la fuerza y ​​el equilibrio.

La fatiga es el síntoma más común de la esclerosis múltiple y, a menudo, la más debilitante. Según la Clínica Cleveland, el ejercicio regular puede mejorar la fatiga relacionada con la EM.

Nadar también puede reducir el dolor. En un estudio de 2012, un programa de ejercicio acuático de 20 semanas resultó en una "reducción significativa del dolor" entre las personas con EM. Los participantes del estudio también notaron una mejoría en los síntomas como fatiga, depresión y discapacidad. Un estudio anterior descubrió que el ejercicio acuático mejoraba la calidad de vida de los pacientes con EM.

Los no nadadores también pueden beneficiarse de la terapia de agua

Si no estás seguro de tus habilidades para nadar o simplemente no te gusta sumergir la cabeza bajo el agua, hay muchas otras formas de hacer ejercicio en la piscina. Muchas comunidades ofrecen clases acuáticas que se centran en el estiramiento, el equilibrio y el fortalecimiento muscular.

Su médico o fisioterapeuta podría recomendarle un programa de terapia de agua específico que puede incluir levantamiento de piernas, marcha y uso de equipos de resistencia. Muchas clases de hidroterapia están dirigidas por fisioterapeutas con licencia que se especializan en ayudar a personas con EM u otras discapacidades.

Dependiendo de tus habilidades físicas, es posible que no necesites una clase para hacer ejercicio en tu piscina. Jugar en la piscina con los niños o los nietos puede ser un gran ejercicio y muy divertido.

Terapia de agua para cuerpo y espíritu

Ai Chi es un tipo de terapia de agua mente-cuerpo creada en Japón. Es una secuencia de movimientos en el agua que combina respiración profunda y movimientos lentos y amplios. Se cree que promueve un mejor equilibrio y flexibilidad, así como también fuerza y ​​concentración. Realizado en un entorno grupal, Ai Chi combina un sentido de comunidad con una actividad física saludable.

Además de todo ese ejercicio de lucha contra la fatiga, un poco de tiempo en una tumbona junto al agua puede ayudar a aliviar el estrés y ayudar a que te sientas relajado todo el tiempo.

Esclerosis múltiple y temperatura corporal

Algunas personas con EM experimentan un brote temporal (pseudoe exacerbación) de los síntomas cuando se sobrecalientan. Esto puede ocurrir en una bañera de hidromasaje, sauna, a altas temperaturas o incluso en un baño caliente. Si alguna vez tuvo un ataque de calor, debe evitar las piscinas sobrecalentadas y el tiempo prolongado bajo el sol.

Por otro lado, un chapuzón en una piscina puede realmente refrescar la temperatura de su cuerpo y ayudarlo a evitar esa exacerbación. De acuerdo con la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, 81 a 83 grados Fahrenheit es una buena temperatura del agua. Puede que tengas que experimentar un poco para encontrar tu punto óptimo.

Cuando estás descansando junto a la piscina en un día caluroso y empiezas a sentirte demasiado acalorado, un chapuzón fresco puede arreglar las cosas.

¡Comencemos!

Hable con su médico antes de comenzar si no está seguro de que físicamente pueda manejar la natación o hacer ejercicio en la piscina. Es posible que puedan remitirlo a un fisioterapeuta o a una clase con instructores calificados.

El ejercicio beneficia a tu cuerpo y a tu sensación de bienestar. Cuando los síntomas de la EM interfieren con su capacidad para hacer ejercicio, la terapia con agua puede ayudarlo a tomar el control otra vez. Independientemente del tipo de terapia de agua que elija, los sentimientos positivos asociados con la experiencia pueden ser solo la motivación que ha estado buscando.